FOTOS | VIDEOS | CONTACTANOS |

Entrevista a Demetrio Tupac Yupanqui

Tal vez el idioma quechua está de moda. La actriz y cantante Magaly Solier, ha puesto en el sentimiento de todos los peruanos, a través de su actuación, lo fascinante que puede ser escuchar y conocer nuestra lengua de origen. Para el profesor y periodista Demetrio Túpac Yupanqui, amauta del quechua y traductor de Don Quijote de la Mancha, mantener la vigencia del idioma de los Incas es una batalla de todos los días; batalla que se teme perder si más peruanos dejan de usarlo.

¿Cómo nace la propuesta para traducir la obra El Quijote de la Mancha a este idioma?
Eso fue una especie de suerte. Yo me dedico a enseñar quechua, y fue casualmente un español de nombre Miguel de la Cuadra, de origen vasco, quien entró un día a mi academia y me dijo: “Demetrio traduce el Quijote”. ¿Y quién le ha dicho que puedo traducir el Quijote?, es muy difícil. Inmediatamente me contestó: “he consultado con muchos historiadores y me han dicho que usted es el indicado”. Ahí comenzó la traducción al quechua de la famosa obra de Don Quijote de la Mancha.

¿Cuánto tiempo le ha tomado traducir esta obra?
Casi un año, porque es bastante difícil traducir Don Quijote por todos sus giros literarios. Había días en que avanzaba varias páginas y otros en que me tardaba varios días en una sola. Se trata de la mayor expresión de la literatura española.

Usted ha dicho que el quechua es un idioma con el que se puede traducir los pensamientos y sentimientos más sutiles del ser humano…
Exacto. Esto lo aprendí en la Universidad de Cornell, en el departamento de lingüística. Ellos sabían que el idioma quechua es el que mejor puede expresar los elementos más sutiles del pensamiento humano. Es el idioma que mejor expresa al ser humano en todas sus manifestaciones.

¿Qué otras obras ha traducido?
He traducido la Constitución Política del Perú. También he escrito un trabajo sobre el traslado del ducto de gas de Ayacucho hasta Pisco. Allí había que describir tanto a los animalitos que viven en la zona, como las aguas y plantas que están debajo del suelo y en la caída de los suelos, esto fue tan difícil como traducir Don Quijote de la Mancha. Ahora estoy traduciendo toda la terminología de neuropsiquiatría, para que se pueda conversar con los nativos.

¿La Biblia o el Nuevo Testamento está dentro de sus proyectos?
No, en la Biblia no he entrado, porque nadie me ha pedido que lo traduzca.

¿Cómo empieza usted con la enseñanza del quechua?
Cuando vine del Cusco ingresé a la Universidad Católica. Mis primeros alumnos fueron los estudiantes de arqueología que venían y me decían “Demetrio tu apellidas como el Inca ¿sabes quechua?” Claro que sé quechua - les decía-, “entonces enséñanos”. Después ingresé al diario La Prensa, en esa época ahí se enseñaba inglés. Resulta que una vez el Presidente Manuel Odría le preguntó al director de este diario, Pedro Beltrán, por qué en vez del inglés no se enseñaba el quechua. “Fue así que en el seminario que teníamos todos los días en La Escuelita, me preguntaron si yo podía enseñar quechua “claro, les dije” y ahí y comenzó la difusión del quechua a nivel nacional. Para entonces yo tenía toda la formación eclesiástica cusqueña y la tradición era escribir con doble t, o doble c las palabras glotalizadas. En aquel entonces le pedí a un grupo de lingüistas provenientes de Oklahoma, que formaron el Instituto Lingüístico de Verano, que me dieran lecciones de lingüística pasa saber cómo se escriben los sonidos. Ellos estuvieron encantados y me mandaron a dos lingüistas, que me “desasnaron”, me enseñaron cómo se deben escribir los sonidos propios del quechua, como el inglés, el francés y el español que también tienen sonidos propios.

Eso quiere decir que, aproximadamente, tiene más de 60 años en la enseñanza del quechua...
Son más de 50 años que estoy dedicado a la enseñanza del quechua.

Sabemos que Eliane Karp fue su alumna…
Sí, Eliane Karp y otros políticos muy distinguidos como Alfonso Barrantes y Carlos Ferrero -ex Primer Ministro de Toledo-, fueron mis alumnos. Hubo un tiempo en que la alta sociedad de Lima estudió quechua. Yo dictaba clases en el Instituto Cultural Peruano Norteamericano, había alumnos muy distinguidos y además muy estudiosos.

¿Y también tiene propuestas para enseñar quechua fuera del país?
Sí, tenemos una propuesta para enseñar en Suiza, en Ginebra y Francia, es posible que nos vayamos a fin de año.

¿Usted ha visto la película “La teta asustada”?
Todavía no la he visto, pero me gustaría verla, a juzgar por toda la información que hay, es como un regalo cultural peruano, porque se utiliza el quechua y eso es bueno. El quechua se ha usado en varias películas, una de ellas “En la selva no hay estrellas” (1967) del famoso cineasta peruano Armando Robles Godoy, a quien también hice la versión quechua de su película.

Usted nos habló hace un momento que en el gobierno del Presidente Manuel Odría se impulsó la enseñanza del quechua a nivel nacional ¿Verdad?
Sí. Los diferentes gobiernos de nuestro país ¿Qué interés le han dado al quechua? Los gobiernos son inútiles para el quechua. No pueden preparar profesores buenos, en la actualidad son bastantes deficientes, antes seguramente los profesores no tendrían muchos títulos pero eran capaces de enseñar y enseñaban de convicción y se preparaban para enseñar, en cambio, ahora un profesor que gana poca plata tiene que dedicarse a una y otra cosa. Ése es el problema.

¿En esta perspectiva, qué futuro le ve usted a este idioma?
El quechua tiene que ser aprendido por la gente, si el pueblo no lo aprende vamos a ir en declive y podría desaparecer, porque cuando uno lo deja de hablar desaparece. Yo traducía y hablaba correctamente el francés cuando era Director de Prensa del presidente Belaunde, ahora quise hablar francés con una amiga que tengo en Buenos Aires, que me llama por teléfono muy frecuentemente y domina el francés, y me quedé en la calle, no podía hablar, habiendo manejado y hablado este idioma. Eso quiere decir que si se deja de hablar un idioma, se pierde.

¿Qué mensaje quisiera dar a los estudiantes de periodismo de las universidades?
A los que están estudiando periodismo les pediría que estudien quechua. Mi éxito en el periodismo, tanto a nivel nacional e internacional comienza precisamente en el conocimiento del quechua. Cuando se caía un avión corríamos junto a los demás periodistas – como saben, saliendo de Lima ya se está hablando quechua- y si la nave estaba en zona de habla quechua yo conversaba y mis colegas me rogaban y pedían información, pues no podían comunicarse con ellos. Como periodistas debemos defender aquello que es peruano, que forma la peruanidad; si defendemos a Machu Picchu, por qué no defender a quienes pensaban en quechua y construyeron Machu Picchu. Es nuestra obligación y un derecho que exige el pueblo peruano.

* Patricia Jara, Marina Rodríguez, Tatum Villegas, Christian Huaylla, Blanca Contreras.

Quiénes Somos

ComunicAcción es una asociación civil especializada en el campo de la Comunicación para el Desarrollo, que reúne a jóvenes profesionales de la comunicación social, que desde su constitución en 1998, aporta desde un enfoque de participación ciudadana, democracia y equidad social, al desarrollo del distrito de Comas.




Objetivos:

  • Promover la participación ciudadana de la sociedad civil en su conjunto, así como el diálogo entre los diversos sectores de la sociedad civil y el gobierno local.
  • Promover información educativa, espacios de encuentro y debate público sobre los temas de mayor preocupación y desconocimiento entre la población del distrito.
  • Contribuir a la formulación de políticas públicas locales que aporten a la solución de los principales problemas de la localidad, especialmente aquellas que beneficien a la población juvenil.


Nuestro Staff Profesional

Producción de materiales audiovisuales

  • Producción de video “Voces que escuchan, caminos para la acción” (Marzo-Abril 2001).
  • Video documental de sistematización Construyamos Juntos el futuro de Comas. Plan de Desarrollo Integral al 2010.


Capacitaciones

  • Taller de Comunicación para niños, niñas y adolescentes trabajadores. Cesip. Agosto- Septiembre de 2003